La Tremenda Corte (crónicas)
Fuente original: El Cambuche (volumen 3), Crónicas de la Facultad de Ciencias/Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México.
5 Marzo 2008
Existe una ligera frontera entre el humorismo y la estupidez; principalmente el humorismo blanco deambula muy cerca de esta frontera. El primero es intencionado, e intenta arrancar una sonrisa y en el mejor de los casos una carcajada, ante una situación absurda. Lo segundo, lo cual es dramático, se realiza de forma natural, y tiene que ver con el estado de desarrollo de la persona o conjunto de personas.
Capulina fue bautizado como el campeón del humorismo blanco, y es un buen ejemplo de lo expuesto líneas arriba. Pero el ejemplo por excelencia lo constituye ese grupo cubano que en la década de los cincuenta popularizó La Tremenda Corte, aunque el programa se trasmite desde los cuarenta, misma que aún suele trasmitirse por radio. José Candelario Tres Patines (o tre’patine, como diría un cubano), interpretado por Leopoldo Fernández, desfilaba continuamente ante el juez, interpretado por Aníbal de Mar, acusado irremediablemente por Nananina, interpretada por Mimí Cal, o el gallego Rudecindo Caldeiro y Escobiña que se convertían en las víctimas de los abusos de Tres Patines, en casos como un billetericidio, un bombericidio, en fin, mismo que al final era sentenciado por el señor juez que dictaba la sentencia a manera de rima. Diariamente a las 6:45 de la mañana son trasmitidos programas de La Tremenda Corte en el 1340 de la amplitud modulada.
Geniales dramatizaciones cómicas realizan los mentados personajes de La Tremenda Corte, en donde el tremendo juez, de la Tremenda Corte va a resolver un tremeeeeeendo caso. Esas situaciones absurdas quedan muy bien como comicidad; pero cuando son dramatizadas en la vida real, no son muy agradables que digamos y se convierten en una verdadera estupidez.
El asunto viene al caso pues en la facultad, en muchas formas hemos vivido por más de veinte años en una verdadera tremenda corte, cuyos casos, si bien lo viéramos por el lado amable, serían cómicos, por el lado riguroso no dejan de ser estúpidos. Ejemplos, abundan, y de eso debemos preocuparnos. A pesar de los pesares la facultad ha crecido académicamente gracias a sus profesores, aunque no como debería de ser, falta mucho por organizar y recomponer para reflejar una eficiente actividad académica que responda a la calidad de sus cuerpos académicos, que han logrado crecer por méritos propios mas que institucionales.
¿Qué hacer ante el marco citado? Además del trabajo organizado, se requiere romper con el sistema remedo de la tremenda corte. Casos ejemplo, abundan como ya dijimos, y podríamos mantener un programa radial por más de treinta años sin repetir temas, para beneplácito de quienes desean disfrutar de un rato de comicidad blanca, pero estupideces para desgracia de quienes tenemos que soportarlo diariamente.
Para muestra un botón. Mil novecientos noventa y siete. Se les solicita entregar informe de actividades anuales para el respectivo informe de la facultad ante rectoría. Se entrega el mentado informe dando cuenta de publicaciones, eventos y demás chucherías académicas. -Muy bien, responden, solo que selecciona la actividad que se reportará, pues se entregará una sola actividad por profesor, así que no se manden con lo que reportan, pues luego, luego se quieren lucir y mis otros profes quedan mal parados, así que sólo una actividad por profesor. Dos mil seis, Se solicita entregar, como cada año el informe de actividades. -Por favor pongan absolutamente todo pues debemos de lucirnos y reflejar lo chingona que es la facultad. -Ya ven todo lo que hemos hecho en estos, pocos años de mi gestión. –Imagínense, si duro otros diez añitos hasta donde llevaré a la facultad. Pues sí, me imagino a Tres Patines, armando su perorata disfrazado de autoridad, con perdón de Tres Patines, tratando el tema de los informes sesgados con criterios antiacadémicos. Debemos lucirnos Mamita y yo, diría Tres Patines, para ver todo lo que logramos en décadas y que somos capaces de “constrituir”, sigue hablando Tres Patines, en otra década mas.
Verdaderas genialidades, de los cómicos cubanos. Más vale reírse de puntadas ex profeso que de tarugadas de remedos mal hechos de tremenda corte. Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar también eran músicos y le daban vuelo a la hilacha con canciones de corte cómico, enfundados en sus otros personajes de Pototo y Filomeno. Ya lo dijo Chava Flores gran representante de la canción cómica:
"Hoy que traigo en el sombrero
más colgajos que un danzante sin sabor,
no soy charro ni mariachí,
soy purito contlapache
de los que hay en Nueva York
Hollywood les dio el pitazo,
me vistieron de payaso
y no se fijen, porque es peor."