La Tremenda Corte como elemento de estudio lingüístico

Fuente original: Artículo publicado en Gaceta Universitaria / Universidad de Guadalajara Mexico

3 abril 2000

Autor: Liliana Díaz Sevilla

Juez y Tres Patines
El señor Juez y Tres Patines

“La literatura hispanoamericana contemporánea en el manejo lúdico de la lengua ha inventado su propia forma de expresión”, asegura la maestra en literaturas del siglo XX, Blanca Estela Ruiz, profesora investigadora y coordinadora de ese posgrado, adscrito al Departamento de Estudios Literarios, de la UdeG, en su proyecto de estudio “Estrategias lúdicas y humorísticas del discurso literario escrito en español”.

Dicha investigación surgió como consecuencia de un trabajo previo, iniciado en 1990 y concluido siete años después, acerca del popular programa radiofónico cubano "La Tremenda Corte", en el que la maestra Blanca Estela Ruiz abordó el fenómeno humorístico del manejo de la lengua que hacía un pícaro conocido como "José Candelario Tres Patines", para construir el discurso de su defensa ante la corte, que lo acusa de los delitos más increíbles. "En un intercambio comunicativo, además de la necesidad de hacernos entender y de interpretar los requerimientos del otro, se operan mecanismos más complejos que están en función de determinadas convenciones y finalidades, cuya complicidad comparten quienes participan en él", explica respecto a la materia de su estudio.

De esta manera, en el lenguaje existen ciertos signos o códigos lingüísticos que otorgan especificidad a los mensajes y que los hacen diferentes entre sí: "nunca confundiríamos una bitácora científica con una carta personal o con un texto literario, un poema con un cuento o, en fin, un texto serio con otro lúdico". Mediante esta investigación queda demostrado cómo la literatura opera al poner trampas a la lengua y obligarla a decir lo que todavía no dice o que ha dicho de otra manera.

Dentro de esta peculiaridad del discurso literario, a veces se da un inusitado empleo lingüístico, en el que la lengua es tomada como soporte para construir juegos verbales y de pensamiento, que en ocasiones llegan a conformar anécdotas cómicas. A esto nos referimos al hablar de un "manejo lúdico de la lengua". La investigadora señala que algunos de los recursos recurrentes en la práctica literaria que generan dicho manejo son la parodia, la ironía y la sátira, en tanto que los juegos verbales son muchos y variados. "Un ejemplo de estos recursos son los antónimos o el contraste entre dos significaciones distintas, como en el caso de la famosa estrofa de Quevedo que dice:

"Viénense a diferenciar la gallina y la mujer, en que ellas saben poner, nosotras sólo quitar."

Es así como uno de los objetivos primordiales de la investigación que realiza la maestra Blanca Estela Ruiz se orienta a dejar claro que la literatura es, en sí misma, un juego. Sin embargo, la visión de relacionar arte y juego no es nueva, pues ya el autor alemán de Crítica de la razón pura la proponía en su tiempo: "Kant afirmaba que mientras el oficio es una actividad provechosa y desagradable, el arte es un juego con una finalidad en sí mismo. Esta aseveración fue reelaborada por Federico Schiller, cuya teoría concluye que el impulso estético conduce al ser humano a jugar. Así, afirmaba, con la belleza no se debe hacer más que jugar".


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