La justicia de Tres Patines
Fuente original: Diario El Comercio (Perú - Edición impresa)
8 Noviembre 2010
Leopoldo Fernández murió un 11 de noviembre hace 25 años. “La Tremenda Corte”, en versión radial y teatral, revolucionó el humor cubano hasta que la revolución de Castro le puso fin. Triunfó en la TV mexicana y se despidió con una variante en Lima.
José Candelario Tres Patines sentó jurisprudencia para toda la América Latina mucho antes de que lo hiciera la Corte de San José. El gallego cubanizado Cástor Vispo creó, en 1941, en La Habana, un sainete radial sobre la administración de la justicia en un juzgado de primera instancia que pasaba revista a estrambóticas rencillas. Un pillo versátil y palabrero, Tres Patines, rechazaba los cargos escudándose en su ignorancia y en tradiciones que invocaba a su conveniencia, pero el juez no se chupaba el dedo. Se divertía, ¿quién no?, con los retruécanos del acusado hasta que caía en la cuenta de que él, ‘ tremendo juez de la tremenda corte’, era el punto del escarnio. Entonces bramaba y prevaricaba hasta que, recuperada su compostura, fallaba en rima salomónica y tropical. A José Candelario no le quedaba más remedio que gritar: ! A la reja! Y así acababa, y sigue acabando en la memoria del vecindario regional, la rutina cómica que más nos caló antes de que llegara el Chavo del 8.
MAMITA EN LIMA
Los bicicleticidios, sobrinicidos o cucarachicidios duraron 20 años en la radio. Cuando llegaron a la tele no fue en Cuba, pues la revolución castrista empujó al elenco hacia Miami (Leopoldo Fernández llegó a estar preso más de 20 días), sino en Monterrey, México, donde el canal XEFB visualizó, con muy pocos elementos, la inmensa idea. Fueron solo tres las temporadas de “La Tremenda Corte”, entre 1966 y fines de 1968, pero vaya que les hemos sacado el jugo. Panamericana las compró para el Perú y tuvieron tal impacto que se han repetido sin cansancio para que varias generaciones tuviéramos el mismo trato con Luz María Nananina, Rudecindo Caldeiro y Escobiña y Patagonio Tucumán y Bandoneón, el que tiene la mejor entrada de los litigantes de pacotilla: ¡A la voz de aura… primera!
Pero más me gustan las evocaciones de ‘Mamita’. Por las patas de gallo de Fernández y los delitos fantásticos que le atribuye ante la sorpresa de Aníbal de Mar, la vieja debía tener más de 100 años. Sin embargo, en una escena que acabo de ver (www.youtube.com/watch?v=6k0EXvFlbWg), el propio Tres Patines revela que según la cuenta de Mamita, él resulta mayor que ella por dos años.
Hay algo muy raro en esa escena, donde también interviene ‘Polito’ Fernández, hijo del cómico: Tres Patines no está de terno y sombrero, como siempre, sino de policía; el puesto de Aníbal de Mar lo ocupa un comisario encarnado por nuestro compatriota Antonio Salim y en lugar de la balaustrada del tribunal hay un austero escritorio. Pues no se trata de “La Tremenda Corte”, sino de “El agente Tres Patines”, la temporada hecha en Lima con la que Fernández se despidió de la televisión.
¡COSA MÁS GRANDE!
El modesto empleado del servicio de telégrafos habanero que saltó a la fama exclamando odas cómicas a la vida y a la adversidad con una cadencia de danzón –¡cosa más grande, chico!– llegó a Lima el 15 de mayo de 1969 sin sus compinches Aníbal de Mar, Nananina o Patagonio. Lo acompañaban su hijo Polo (que se quedó una temporada adicional trabajando en “El tornillo”), su esposa Malva Suárez y su productor Jesús Alvariño.
Fuera por razones relacionadas a derechos de autor en México o fuera por la ausencia del elenco original, la corte se convirtió en comisaría una vez que empezó la temporada local el 27 de mayo. Tres Patines estaba del lado de la ley, pero nunca lo estaba del todo, esa era la nueva idea, invertida de “La Tremenda Corte”, donde nunca era un pillo del todo. Camucha Negrete, que fue el cuerpo del delito en varios capítulos, me explicó por qué al gran Salim se lo ve algo desconcertado y desfasado respecto del cubano: “Tres Patines era un hombre tranquilo y sereno, pero a la hora de la acción improvisaba y se divertía. En cambio, nosotros, estábamos entrenados para seguir los libretos”.
En la conferencia de prensa tras su arribo, Tres Patines dijo: “Un filósofo dijo que cinco cubanos hacen una orquesta y 20 una revolución, pero yo y los de ‘La tremenda corte’ solo queremos hacerlos felices”. El cómico estaba fatigado y solo pedía serenidad para trabajar y para improvisar, para encarnar mejor que cualquier cubano la astucia y la santa paciencia del trópico ante las complicaciones de la vida moderna. Ojalá Canal 5 rescate esas viejas latas para ver el encuentro de escuela y humores.