Cástor Vispo: La Fuerza Motriz

Fuente original: El Herald - Miami (edición impresa)

27 Noviembre 1985

Autor: George Childs - Columnista

ESTA ES UNA REPRODUCCIÓN TEXTUAL DE LA PUBLICACIÓN ORIGINAL IMPRESA (27-NOV-1985)

Cástor Vispo
Una de las pocas fotos que hay del escritor español Cástor Vispo.

El otro día, oyendo por radio el programa del padre Villaronga, escuche cuando una señora lo llamo para increpar al sacerdote porque iba a celebrar una misa por el alma de Leopoldo Fernández (Tres Patines) sin incluir a "Nananina".

Villaronga, con su amabilidad de siempre, le explico que eso era lo que le habían pedido sus familiares (los de Leopoldo), pero indico que no solamente incluiría a Nananina sino a todos los demás personajes que trabajaron con el en “La Tremenda Corte”, que ya habían fallecido.

Hasta aquí todo muy bien, pero lo que a mi me escuece es que a nadie se le haya ocurrido, en todo este proceso, mencionar a la "fuerza motriz" que creo e impulso a todos esos personajes. Y para aquellos que no lo conocieron, les diré que se trataba de un "galleguito" que respondía al nombre de Cástor Vispo.

Y esto es lo que siempre sucede con los escritores. Bob Hope, por ejemplo, tiene cuatro escritores "full-time" y otros cuatro "part-time", y lo mismo sucede con la mayoría de los cómicos que han llegado a algo en la vida.

Es mas, hasta los presidentes tienen escritores contratados para que redacten sus discursos, incluyendo al presidente Ronald Reagan.

Claro esta, el presidente escoge el tema de su discurso y la orientación que debe tomar el mismo, pero definitivamente, sus discursos no serian tan efectivos sin el toque profesional del escritor.

Y para los que crean que "me duelen prendas" porque yo soy escritor, me basta con recordarles y reiterarles una vez mas que el mayor éxito que yo tuve en la televisión de Cuba se lo debo, en un 90 por ciento, al primer actor Otto Sirgo, quien hacia juegos malabares con mis libretos. Sin el, quizás mis libretos hubieran "funcionado", pero dudo que hubiesen llegado a tener el éxito que tuvieron.

Así es que ya ven, al mencionar a Cástor Vispo, a quien ni siquiera conocí personalmente, no me mueve la egolatría (lo cual no tendría nada de particular, ya que esa es una reacción muy normal entre los escritores, poetas, pintores, artistas, músicos y otras hierbas aromáticas).

Pero lo que me incita, en ese caso, es un sentido de solidaridad, de justicia y de compasión hacia el mejor autor cómico de radio y prensa de Cuba que aquí no tiene quien lo defienda, y que parece haber sido olvidado por todo el mundo.

Y antes de que alguien reclame un primer lugar para Eladio Secades le informare que Eladio no era un autor cómico, sino costumbrista.

Leopoldo Fernández, a quien he admirado desde que tengo uso de razón, y hasta le dedique una columna hace unos días, tuvo muchos éxitos en su vida, y estoy seguro de que hubiera triunfado, con Vispo o sin Vispo, y lo mismo pudiera decir de la mayor parte de los artistas que "se hicieron junto a el", "a la sombra de el", o que ya estaban hechos antes de trabajar con el. De eso no me cabe la menor duda.

Pero lo que nadie podrá jamás negar es que lo que coloco a Fernández en el pináculo de la fama fue “La Tremenda Corte”, creada por Cástor Vispo, porque aunque otros autores escribieron también este programa, incluyendo uno de televisión producido en México por alguien que desconocía que ese no era un programa apto para ese medio (quien sabe si era una adaptación de los libretos originales), ninguno tuvo el éxito de los de su creador (segundas partes nunca fueron buenas).

Pero Cástor Vispo fue además, por largo tiempo, el alma y la vida del semanario humorístico Zig-Zag de Cuba, y eso puede atestiguarlo su director José Manuel Rosenada, el caricaturista Silvio Fontanillas y Antonio Prohias (estrella de la revista Mad), que están aquí en el exilio.

Pero Vispo escribió además durante décadas los versos de "El Barón del Calzoncillo", que siempre estaba en un rincón "dándole cranque a un tibor"; y el programa radial, diario, también en verso, de "El Policía Tiburcio Santa María de la Novena Estación", todo en perfecto ritmo y rima, que "le zumba el mamey colorao".

En mi opinión, el único fracaso que tuvo Cástor Vispo en su larga carrera de hacer reír a la gente, fue "La Mesa Redonda Cristal" por televisión, en la que puso a los participantes sentados alrededor de una mesa a pelotear chistes. Indudablemente, Cástor Vispo no logro captar la mecánica de ese medio moderno.

Por favor, no quisiera que esto se tomara como un demerito a la labor de Leopoldo Fernández, a quien, repito, he admirado desde siempre. Pero lo cortes no quita lo valiente, y por eso quiero reiterar mi cariño y mi consideración a la fuerza motriz que actuaba entre bastidores y que respondía al nombre de Cástor Vispo, porque estimo que seria una injusticia olvidarlo.

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