“Siga llamando secretario”, ordena el tremendo juez (Aníbal de Mar). Y el secretario cumple: “José Candelario Tres Patines”, quien desde lejos emite la resignada frase: “¡A la reja!”. Antes que empiece el juicio Tres Patines (Leopoldo Fernández) sabe que irá a la cárcel.

Así empieza cada capítulo de 'La Tremenda Corte', un programa que surgió con formato de teatro radial en 1941, en Cuba, y que se transmitió allí hasta 1959, a través de RHC Cadena Azul. Luego se lo pasó por televisión durante la década del sesenta desde México.

Fernández le daba vida al disparatado, vividor, pero a la vez carismático Tres Patines.

Falleció el 11 de noviembre de 1985 en Miami y nació el 26 de diciembre de 1904 en Jagüey Grande, Cuba, según dijo su hijo en 1994, quien también se llama Leopoldo.

Para recordar esta fecha, entre el 3 y 12 de diciembre pasados, el actor y director Efrén Besmille homenajeó a Fernández por el centenario de su nacimiento, con el festival 'Noche de Teatro Cubano', en Los Ángeles (EE.UU.), según el portal de internet 'Contacto Magazine'.

Pero Fernández no siempre fue Tres Patines, aquel estafador capaz de hacer pasar un murciélago por canario, entre otras ocurrencias.

Fernández fue Pototo, en sus inicios, un personaje que hacía dúo con Filomeno (que antes interpretaba De Mar).

Pero antes de ser actor de teatro, trabajó como repartidor de pan y telegrafista. También laboró en una empresa tabacalera en La Habana.

Con Tres Patines, aquel tipo que vestía sombrerito, saco mal abotonado y corbata chueca, surgieron expresiones como "Mamita", "Ataja", "¿Tú también estabas ahí, chico?" , "Ojomenayado" (en lugar de homenajeado) y muchas más.

Su legado son los 260 episodios de 'La Tremenda Corte', que aún se transmiten en varios países, entre ellos Ecuador, e incluso las adaptaciones como la 'Tremebunda Corte', del programa 'Vivos'.

A través de las décadas los episodios de la serie siguen vigentes. Y en uno de ellos, Tres Patines había sido citado a la corte por una demanda que le planteó Luz María Nananina (Norma Zúñiga), su amiga, pero a la vez, la eterna perjudicada de sus estafas.

Tres Patines le había vendido a Nananina un radio de siete tubos, que no funcionaba.

El tremendo juez de La Tremenda Corte consideró una estafa el haber vendido un radio inservible a Nananina, mientras Tres Patines se defendía con el argumento de que el radio sí tenía siete "tubos". "Tuvo antena, tuvo bombillos, tuvo ojo mágico, tuvo dial, tuvo botones, tuvo alambritos, y tuvo tomacorriente", se le ocurrió al acusado. La autodefensa no convence y Tres Patines es condenado al calabozo por unos días. Y antes de irse exclama "Cosa más grande de la vida". (RVA).

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