Cástor Vispo: el tremendo autor de La Tremenda Corte

Fuente original: Editorial Electrónica Cubaliteraria

24 Setiembre 2010

Autor: Jorge Tomás Teijeiro

La Tremenda Corte - Juez y Tres Patines
Ilustración reciente de La Tremenda Corte en una carátula de DVD.

Corría el año de 1941. Cada noche, de lunes a viernes, por las ondas radiales de una renombrada emisora nuestra se transmitía un sketch humorístico. Se trataba de la escenificación de un juicio celebrado en un supuesto Juzgado Correccional, es decir, el tribunal que atendía delitos de menor cuantía en las comunidades de la época.

El creador y autor de La Tremenda Corte era Cástor Vispo, quien con sólo dieciocho años de edad había llegado a Cuba desde su ciudad natal, La Coruña, una de las provincias gallegas, y amén de trabajar en varias labores administrativas, se dedicó en sus ratos de ocio a escribir y dar su aporte a nuestra cultura. Valga señalar que fue también escritor para la prensa y el teatro, en muchas ocasiones con visos de humor, pero, sin dudas, fue muy conocido y reconocido por sus guiones de los programas radiales.

Después que salió al aire La Tremenda Corte, pronto el programa registró, en los surveys (encuestas de audición) de la época, una gran preferencia, especialmente en las capas más pobres de la población, que veían reflejados en ese programa los problemas usuales de su entorno. Recordamos que los personajes y sus intérpretes fueron:

  • El Señor Juez: Aníbal de Mar (quien también caracterizara al personaje de Filomeno y a Chan-Li-Po el detective chino)
  • Tres Patines: Leopoldo Fernández (quien caracterizara también al personaje de Pototo)
  • Nananina: Mimí Cal
  • Rudecindo (el gallego): Adolfo Otero, quien también había hecho el papel de peninsular en nuestro teatro vernáculo.
  • El Secretario: de poca participación en el guión, hablaba sólo para exponer sintéticamente el presunto hecho delictivo y quizás alguna pequeña intervención posterior.

Al comenzar “el juicio”, el Secretario explicaba al Señor Juez el caso que se iba a tratar. Luego de oír su exposición, éste decía: "Secretario, llámeme a los implicados en ese… Y agregaba una palabra inventada que terminaba con la partícula -cidio (acción de matar). Por ejemplo, “mentiricidio” (si se había mentido)…, “burricidio” (si se habían robado un burro), etc.".

A continuación el Secretario llamaba a los comparecientes siempre de igual manera y estos respondían de forma exacta en cada transmisión.

¡Luz María Nananina! “Aquí como to´los días”.
¡Rudecindo Caldeiro y Escobiña! “Presente”.
¡José Candelario Tres Patines! “¡A la reja!

Los dos primeros habitualmente perjudicados por las trapisondas de Tres Patines.

Era usual en Cástor Vispo el uso del juego de palabras en su libreto:

TRES PATINES: Nosotros “semos” oriundos de Palmarito de Cambute.
JUEZ: “Semos” no, “somos”.
TRES PATINES: ¡Ah! ¿Tú también eres?

En casos análogos, si el Señor Juez intuía que estaban tratando de mofarse de él, menoscabando su seriedad o alterando la seria paz del juzgado, penalizaba a los autores de la broma: "Secretario, ¡póngamele veinte pesos de multa a Tres Patines por hacerse el gracioso!"

Frecuentemente Cástor Vispo empleaba unos deliciosos y prolongados equívocos, tan bien concatenados que movían a risa. Salvando la distancia que me separan de aquel creador, puedo decir que eran algo así como:

JUEZ: Tres Patines, usted se está adelantando a los acontecimientos. Usted quiere poner la carreta delante de los bueyes.
TRES PATINES: No, chico, yo no quiero poner la careta en ningún lado. Esta no es una careta; aunque tú no lo creas, esta es mi cara.
JUEZ: No señor, ¡yo no dije “careta”, yo dije “carreta”!
TRES PATINES: ¡Ah!, yo pensé que hablabas de esos antifaces que se ponen en los carnavales las mascoritas.
JUEZ: ¡Mascoritas no, Tres Patines! “masca… masca!”.
TRES PATINES: ¿Y qué voy a mascar, compadre, si en este juzgado no le dan a uno ni tan siquiera un boniatillo?

Luego de oír las declaraciones de acusadores y testigos, y las razones del acusado, el Señor Juez decía al secretario: “Secretario, tome nota que voy a dictar sentencia…”.

Y luego recitaba la sentencia que se componía de dos cuartetas. Arquetipo de ellas fue la que se incluyó de forma hablada en un chachachá popularizado años después por la orquesta Aragón:

Este caso tan sonado
no requiere explicación
por lo que a mí me han contad
usted es peor que un ciclón.

Si fuera otra la razón
ya lo estaría encerrando
mas por bailar chachachá
¡Absuelto y siga bailando!

Lo más curioso de estos libretos, tal vez lo más importante, era la trama principal, que iba conduciendo al radioyente por trillos jocosos hacia su desenlace final. Como colofón venían los descargos de Tres Patines a la acusación que se le hacía. Estos consistían en una tergiversación de la realidad, de forma absurda y a la vez risible, pero que engarzaba bien en la conducta de este “buscón” tratando de confundir y evadir la justicia.

Tanto es así que aún hoy día recordamos algunas situaciones que se radiaron. En uno de aquellos libretos se acusaba a Tres Patines de haber sustraído unas cañas de azúcar de la guarapera de Rudecindo. Veamos el enjundioso diálogo:

TRES PATINES: Yo no me las robé, chico, él me las regaló.
RUDECINDO: ¿Cómo que se las regalé, hombre? No sea descarado, usted me las robó.
TRES PATINES; Ven acá, gallego: ¿en qué reparto radica tu guarapera?
RUDECINDO: En el Reparto Las Cañas.
TRES PATINES: ¿Y qué dice el anuncio que tú tienes en la fachada?
RUDECINDO: “GUARAPERA – REPARTO LAS CAÑAS”
TRES PATINES: Tú ves, él estaba repartiendo las cañas, yo cogí un puñado y se lo llevé a mamita de regalo.

Otro muy original fue aquel en que a Tres Patines lo acusaron de estar atisbando a Nananina cuando ésta se estaba bañando.

TRES PATINES: Señor Juez, yo no fui con intenciones de mirarla, ella fue la que me dijo que la mirara.
NANANINA: ¡Mire que usted es descarado! Sí, Señor Juez, entró a mi casa y abrió la puerta del baño y me vio desnuda.
TRES PATINES: Yo toqué a la puerta de la calle, ella me reconoció y me dijo: “Pase, pase”. Cuando le pregunté ¿Cómo está, señora? ¿Qué fue lo que usted me dijo?
NANANINA: “Aquí, ya me puede ver”.
TRES PATINES: Tú ves, tú ves… me dijo así: “Aquí, ya me puede ver”, y yo enseguida abrí la puerta y la miré.
JUEZ (molesto): ¡Qué bonito! Imagínese que usted llega un día a mi casa y yo me estoy bañando y le digo de igual forma: “Aquí, ya me puede ver” y usted me abre la puerta del baño.
TRES PATINES (lo interrumpe): No, no, contigo yo no me confundo…

Esta serie de La Tremenda Corte fue retransmitida posteriormente en diferentes versiones en Cuba y allende los mares y en la actualidad tiene su continuación, ya con otros personajes y situaciones acordes con los tiempos, en el espacio televisivo ¿Jura decir la verdad? Ahora nuevos escritores y consagrados actores mantienen viva la llama del humor criollo. Pero como dijo alguien “nada es, todo deviene”, honor merece el precursor, el maestro Cástor Vispo, quien obtuvo éxitos en diversos géneros y medios gracias a su agudeza y arte de ingenio.

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